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18 sept 2015

Adiós a los padres



Adiós a los padres
Héctor Aguilar Camín



Ciudad de México, 1976


Efraín Angulo, a quien llaman por sus hazañas de niño el Bandido, es uno de los más exitosos comerciantes de Chetumal. Empezó su carrera como ayudante de la fábrica de gaseosas de Don Lupe, mi abuelo, en los años de gloria de la Casa Aguilar. Gaseosas les siguen diciendo en Chetumal a los refrecos con gas que se derraman al destaparse o vuelan sin avisar en el sol abrasante del Caribe. Efraín es dueño ahora, en 2007, de los sitios donde la Casa Aguilar tuvo sus dominios. Compró en tratos sucesivos la esquina donde estuvo el cine Juventino Rosas, el lugar donde se alzó algún dia la bella casa de madera de dos aguas de mi tío Ángel, el primogénito. Efraín vive en la casa de mi abuelo, un cubo de cemento de dos pisos donde se conservan como reluquias la bomba de gasolina de los años cuarenta y la caja fuerte de Don Lupe, un cuadro de acero del tamaño de una mesa de jugar dominó. Efraín tienenuna memoria agrandada ee Don Lupe, la construída por sus ojos infantiles. Lo recuerda como un hombrón de invariable traje y corbata, que está en todo aunque no esté nunca porque viaja sin parar. Va y viene de Chetumal a otros lugares atendiendo otros negocios, visitando otras casas, otras mujeres, otros hijos.
[...]

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