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12 sept 2015

Leer a Plá desde Madrid sobre Cataluña

Cuando llevaba una semana en Bacelona, a la que me trasladé para conocer la ciencia médica, sentí la necesidad de acercarme a Cataluña como nación. Llegué muy humedecido socialmente, cuando Ángel y su amigo Gildo me aconsejaron tomar a Josep Plá como cronista parlamentario en el Madrid de la Segunda República. Gildo era nacido en Zamora y, Ángel, lo había sido en Barcelona, en el Paseo Maragall, en la casa vecina de la Señora María, una mujer de Granada que hizo posible concebir y engendrar a Euclides. Allí, concebida, vino a vivir con nosotros Woëhler, con el fin de proteger a mi germinal familia, sí Germinal no ha sido un nombre elegido al azar, al igual no lo había sido Euclides, ni tampoco Mujer Consciente. De allí, la familia nos trasladamos a Bellvitge, mirando al lugar donde luego se cegó con el hospital del mismo nombre. Allí, Woëhler les protegía todo el día, pues yo me ausentaba a las séis de la madrugada y retornaba a las once, ya de noche. Allí escuchamos y dimos nuestras primeras palabras a Euclides; allí escuchó "la mer" y "caminando sobre las olas" mientras le hablaba sobre "el punto y la raya", no la "línea". Allí hablamos de la forma, la figura, la imagen y la vida como transformación del tiempo en espacio, del Universo en Mundo.


Mis hijas con nuestros extraordinarios amigos en Montserrat. Con ellos hemos conocido la AMISTAD.
El día 14 de agosto, a las 23:45 horas nacía Alejandra, el día 15 ya estaban en Oviedo para recibirla. Le trajeron un muñeco que aún conserva con el mayor cariño.

Un beso eterno. 
De izquierda a derecha: Ángel, Alejandra, Gildo y Laura.

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