La condena como castigo y no como correctora de conducta. El delito es pecado y, como consecuencia, la ley del talión, castigo, o exclusión social, no reintegración social. El delincuente nace y no se hace.
Este año pasado "la plasticidad " de la vida y, en particular, la nerviosa, ha sido reconocida con el Premio Príncipe de Asturias.No hay manera. El hombre Político necesita Educación para la Ciudadanía.
Augusto, sobrino, hombre con minúscula, como concepto.
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