Banesto requirió a los Coca el pago de más de 11.000 millones de pesetas el pasado viernes.
Las negociaciones entre ambas partes estaban rotas desde mediados de diciembre pasado
El Banco, Español de Crédito (Banesto) requirió notarialmente el pago de 11.290 millones de pesetas a la familia Coca, correspondientes a una póliza de crédito personal vencida. Este fue el desencadenante de la querella criminal contra altos cargos de Banesto presentada por la viuda e hijos del financiero suicidado, el mismo viernes por la noche, en el juzgado de guardia de Madrid. Las negociaciones entre ambas partes se habían roto a mediados del pasado mes de diciembre, en una reunión a la que asistieron, entre otros, Jacobo Argüelles y Fernando Castromil, por el banco, e Iñigo y Borja Coca y su abogado Marcial Fernández Montes, por la familia.
A primeras horas de la mañana del pasado viernes, día 16, un notario se presentó en el palacete que la familia Coca tiene en el centro de Madrid, entre las calles Orfila y Montesquinza. Levaba el requirimiento para el pago de una póliza de crédito personal por valor de 11.290 millones de pesetas (una de las que se hace mención en la querella).Este fue el desencadenante de la reacción de la familia Coca que, pocas horas más tarde, sin esperar a que los juzgados de instrucción se abriesen el primer día hábil -hoy, lunes- presentaba una querella criminal contra cuatro altos cargos de Banesto (entre ellos, el presidente y vicepresidente, Pablo Garnica y José María López de Letona, respectivamente) por los delitos contra la persona. e integridad de Ignacio Coca, usura y falsedad en documento rnercantil. Banesto reaccionó públicamente 24 horas más tarde rechazando tajantemente que existan estos delitos en las personas citadas.
La rapidez con que el abogado de los Coca, Marcial Fernández Montes presentó la querella, permite deducir que en sus líneas fundamentales estaba preparada y que los Coca temían el requerimiento. Las negociaciones se habían bloqueado a mediados del pasado mes de diciembre, en una reunión a la que no asistió José María López de Letona, vicepresidente-consejero delegado de Banesto y primer ejecutivo de la entidad desde mediados de año. La representación del banco la llevaron Jacobo Argüelles y Fernando Castromil; la de los Coca, los hijos mayores del financiero, Migo y Borja, el abogado Marcial Fernández Montes, y el albacea del testamento José Luis González Zaldúa, el hombre que, curiosamente, fue designado por López de Letona para reconducir el asunto de Tierras de Almería, considerado como el principal problema del Banco Español de Crédito.
López de Letona había sido delegado por la comisión ejecutiva del banco para que, personalmente, arreglara del mejor modo posible el tema de las deudas que había dejado al banco, Ignacio Coca. En el mes de noviembre, el vicepresidente de Banesto convocó una conferencia de prensa para explicar la situación económica de Banesto; en ella, Letona explicó que las garantías de los créditos que tenía el financiero suicidado (diversas participaciones inmobiliarias y el paquete de acciones del propio Banesto, un 2,10% del total -lo que convertiría a los Coca en el primer accionista de Banesto, de no estar pignoradas-) estaban estimadas en unos 15.000 millones, por lo que los quebrantos para Banesto rondarían los 5.000 millones de pesetas. Las cifras que aparecen en la querella son considerablemente distintas de estas.
El finiquito
López de Letona consideró "probable" que el caso Coca quedase cerrado en pocas semanas. Desde la muerte del financiero Coca, el pasado 26 de junio, se han celebrado alrededor de una docena de reuniones para ponerse de acuerdo en el reparto de la herencia, sin solución alguna. Los Coca, al parecer, quieren un finiquito con el reparto de la herencia, que Banesto considera lesivo para sus intereses. Mientras no se llegue a este acuerdo, los intereses siguen corriendo. En el momento en que se suicidó Coca, la deuda con Banesto ascendía, según el texto de la querella, a 47.565 millones de pesetas, de los cuales 9.919 corresponden a los intereses generados desde 1983, año en el que el banquero re-escalonó por última vez sus débitos con Banesto.
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