Se pretende prolongar la vida de trabajo a los 70 años.
Los hábitos de vida que tenemos permiten llegar con capacidad de trabajo a los 50 años. Esta capacidad de trabajo se reduce progresivamente hasta los 60 años, siendo acompañada de una calidad muy mala que produce una eficiencia incapaz de dar una eficacia laboral adecuada.
Si se pretende mantener una vida laboral hasta los 70 años, hemos de cambiar nuestros hábitos de vida (hidratación, nutrición y descanso) que lo hagan posible de modo eficiente.
El coste económico social, familiar y personal, se hace imposible.
Por pensar solo en lo económico. La reducción en la capacidad productiva supera con mucho la aportación para su pensión durante 15 años de vida restante.
Por pensar solo en lo económico. Los cálculos están hechos: EL aporte a las pensiones desde los 50 a los 65 años es la mitad del gasto sanitario y social que se produce desde los 65 a los 85 años.
EL coste en tratamiento ortopédico, hoy visto desde la cirugía, supone la aportación laboral total de los 50 a los 65 años.
¿Cual es el gasto de prótesis ortopédicas de cadera, rodilla y artrodesis de columna vertebral entre los 50 y 65 años.
No incluyo el coste del este capítulo antes de los 50 años.
Utilicemos la racionalidad, la Ciencia Dura, no la Ciencia Blanda de la Economía.
¿Cuál es el gasto cardiovascular secundario a la patología ortopédica, o de la postura?.
¿Cual es el diferencial económico de la inadecuada nutrición inducida a través de los medios de comunicación y la nula formación del personal médico en Bromatología y Patología Degenerativa de la Postura?.
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