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15 abr 2013

Notas sobre la perfecta casada.


Una obra que me ha gustado de leer y recto entender, desde que Doña Angelita Orán, profesora que fue de saber, y a la que con esta me debo en recordar para agradecer. Recomiéndosela lectura a quien guste palatear docta escritura, como entre las buenas pocas, hay alguna.

Agradecido estoy a Dios por habérmela puesto a Vmd. en mi camino que, aunque torcido ha sido, válgame decir que ha sido por ayudar a quien no lo ha merecido. Aquellas mujeres que han sido y son como Fray Luis refiere: “En lo cual se engañan muchas mujeres, que piensan que el casarse no es más que ...”

Nota actual: Si en un sms un hombre se dirige así a una mujer, hay quienes deducen lo que no es.

LA PERFECTA CASADA.
Fray Luis de León.


Censura

Vi, por orden de los señores del Consejo de Su Majestad, el libro de La perfecta casada, que compuso el muy reverendo y doctísimo padre maestro Fr. Luis de León, de la Orden de San Agustín, y me parece que no tiene cosa contra la fe ni contra las buenas costumbres, sino mucha y muy buena doctrina para los casados: y así es digno que se imprima, para que todos gocen de él. Fecha en nuestro colegio de la Compañía de Jesús, en Madrid, a 20 de abril de 1583.

Francisco Portocarrero

Introducción

A doña María Varela Osorio.

En que se habla de las leyes y condiciones del estado del matrimonio, y de la estrecha obligación que corre a la casada de emplearse en el cumplimiento de ellas.

Este nuevo estado en que Dios ha puesto a Vmd., sujetándola a las leyes del santo matrimonio, aunque es, como camino real, más abierto y menos trabajoso que otros, pero no carece de sus dificultades y malos pasos; y es camino adonde se tropieza también, y se peligra y yerta, y que tienen necesidad de guía como los demás. Porque el servir al marido y el gobernar la familia, y la crianza de los hijos y la cuenta que juntamente con esto se debe al temor de Dios y a la guarda y limpieza de la conciencia, todo lo cual pertenece al estado y oficio de la mujer que se casa, obras son
que cada una por sí pide mucho cuidado, y que todas juntas, sin particular favor de cielo, no se pueden cumplir.

En lo cual se engañan muchas mujeres, que piensan que el casarse no es más que dejar la casa del padre y pasarse a la del marido, y salir de servidumbre y venir a libertad y regalo. Y piensan que con parir un hijo de cuando en cuando, y con arrojarle luego lejos de sí en brazos de una ama, son cabales y perfectas mujeres.

Porque el servir al marido y el gobernar la familia, y la crianza de los hijos y la cuenta que juntamente con esto se debe al temor de Dios y a la guarda y limpieza de la conciencia, todo lo cual pertenece al estado y oficio de la mujer que se casa, obras son que cada una por sí pide mucho cuidado, y que todas juntas, sin particular favor de cielo, no se pueden cumplir.

En lo cual se engañan muchas mujeres, que piensan que el casarse no es más que dejar la casa del padre y pasarse a la del marido, y salir de servidumbre y venir a libertad y regalo. Y piensan que con parir un hijo de cuando en cuando, y con arrojarle luego lejos de sí en brazos de una ama, son cabales y perfectas mujeres.

Y dado que el buen juicio de Vmd. y la inclinación de toda virtud, de que Dios la dotó, me aseguran para no temer que será como alguna de éstas que digo, todavía el entrañable amor que le tengo y el deseo de su bien, que arde en mí, me despiertan para que la provea de algún aviso y para que le busque y encienda alguna luz que, sin engaño ni error, alumbre y enderece sus pasos por todos los malos pasos de este camino, y por todas las vueltas y rodeos de él.

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