Buscar en este blog

29 jun 2015

La torre de Babel



La Torre de Babel
ABC, Antonio Hernández Gil, 29-06-15

La Torre de Babel
ABC, Antonio Hernández Gil, 29-06-15
Stefan Zweig publicó Der Turm zu Babel en el número abril-mayo de 1916 de Le Charnel, la efímera revista ginebrina inspirada por su amigo y premio Nobel Romain Rolland, comprometidos ambos en la paz, el humanismo y laidea de Europa. Zweig apelaba en su artícuulo a la fuerza poética de los símbolos quecestánenbel origen de las civilizaciones, capaces de presagiar el desarrollo de la historia. Y diguiendo la Biblia explicaba cómo, poco después del caos de la creacioón, los hombres, todavía rodeados por las sombrss creousculares del inconsciente y en medio de un mundo que parecía oacuro y peligroso, se asociaron en una obra común: construir una torre cuya cima llegase hasta el cielo. Modelaron arcilla, cocieron ladrillos y comenzaron a levantar la torre tratando de alcanzar las estrellasvy la pálida superficie de la luna, el munfo de Dios, quien los veía afanarse como insectos desde la lejanía. Pero ese Dios, admirado de la grandeza de espíritu que él mismo les había insuflado, tuvo miedo de que los hombres fueran,como él mismo, una unidad. Así que, pensando en como dificultar su trabajo, decidió que no entendieran los unos la lengua de los otros y fue cruel: una noche, los hombres dejaron de comprenderse, tiraron los ladrillos y las espátulas, discutieron y abandonaron la obra común. Cada uno se retiró a su patria de casa humildes con techos que ni siquiera alcanzaban las nubes.

Pasaron miles de años y los hombres vivían en la soledad de sus lenguas. Levantaron fronteras entre sus campos y sus creencias, haciéndose extranjeros los unos al lado de los otros. Sin embargo, debía quedar en ellos, a la manera de un sueño, algo de la gran obra del pasado, pirque comenzaron a interrogarse mutuamente y a tantear la relación perdida. Poco a poco los pueblos se aproximaron, intercambiaron sus conocimientos y sus valores, y descubrieron que hablar lenguas diferentes no bastaba para alejarlos. Comenzó a edificsrse de nuevo, sobre el suelo de Europa, el monumento a la solidaridad de la Torre de Babel, utilizsndo ahora materiales màsvrefinadosce indestructibles: la espiritualidad, la educación, las sustancias sublimes del alma. Cada nación contribuía a la construcción del monumento y los pueblos jóvenes, dispuestos a aprender de nuestros mayores, unieron su fuerza virginal a la experiencia y a la prudencia. Así creció la nueva torre; nunca su cima se elevó tanto, nunca unos pueblos habían tenido tan fácil acceso de los otros y nunca los conocimientos habían formado una red tan vasta. En esa borrachera de unidad, Dios, inmortal como la humanidad misma, asustado de ver alzarse una nueva torre quizás más fuerte quecél, decidió, dos veces cruel, sembrar la discordia haciendo que los hombres no se entendieran entre sí. Y les envió la congusión en forma de conflictos y guerra. Zweig sitúa en 1916 esta reedición de la vieja leyenda. Estaba en ruina la "unidad moral de Europa" como defendía el manifiesto, equidistante entre el internacionslismo amorfo y el localismo estrecho, que un grupo de intelectuales catalanes redactó contra la guerra civil europea. Romsin Rolland incluyó en su texto pacifista más conocifo: Au-dessus de la mèlée (1915).

Pasaron miles de años y los hombres vivían en la soledad de sus lenguas. Levantaron fronteras entre sus campos y sus creencias, haciéndose extranjeros los unos al lado de los otros. Sin embargo, debía quedar en ellos, a la manera de un sueño, algo de la gran obra del pasado, pirque comenzaron a interrogarse mutuamente y a tantear la relación perdida. Poco a poco los pueblos se aproximaron, intercambiaron sus conocimientos y sus valores, y descubrieron que hablar lenguas diferentes no bastaba para alejarlos. Comenzó a edificsrse de nuevo, sobre el suelo de Europa, el monumento a la solidaridad de la Torre de Babel, utilizsndo ahora materiales màsvrefinadosce indestructibles: la espiritualidad, la educación, las sustancias sublimes del alma. Cada nación contribuía a la construcción del monumento y los pueblos jóvenes, dispuestos a aprender de nuestros mayores, unieron su fuerza virginal a la experiencia y a la prudencia. Así creció la nueva torre; nunca su cima se elevó tanto, nunca unos pueblos habían tenido tan fácil acceso de los otros y nunca los conocimientos habían formado una red tan vasta. En esa borrachera de unidad, Dios, inmortal como la humanidad misma, asustado de ver alzarse una nueva torre quizás más fuerte quecél, decidió, dos veces cruel, sembrar la discordia haciendo que los hombres no se entendieran entre sí. Y les envió la congusión en forma de conflictos y guerra. Zweig sitúa en 1916 esta reedición de la vieja leyenda. Estaba en ruina la "unidad moral de Europa" como defendía el manifiesto, equidistante entre el internacionslismo amorfo y el localismo estrecho, que un grupo de intelectuales catalanes redactó contra la guerra civil europea. Romsin Rolland incluyó en su texto pacifista más conocifo: Au-dessus de la mèlée (1915).[...]

No hay comentarios:

Publicar un comentario