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21 jun 2015

Se necesita participar.

Son tiempos en los que se necesita la participación individual en base a los acontecimientos que estamos viviendo.



El dilema: Acción y estructura. Una visión desde Jeffrey Alexander y Anthony Giddens

Miguel Ángel Beltrán

Revista Colombiana de Sociología
ISSN 0120-159X
Núnero 24 205
pp.251-271


El problema de la relación entre el actor y la estructuras, constituye una de las cuestiones centrales de la teoría social moderna. Dicho problema nos remite a la pregunta acerca de si ¿Somos actores que consciente y creativamente reproducimos y transformamos las estructuras sociales o, por el contrario, nuestras acciones son, en gran parte, el resultado de fuerzas anónimas que escapan a nuesrro control (Guidens:1998, p. 714). Las diferentes maneras como se ha sado respuesta a este dilema teórico, cuenran con una larga tradición que se remonta a los orígenes mismo del pensamiento sociológico y que ha llevado a los sociólogos a alinearse en dos tipos de enfoques:

Pir un lado, los que priorizan el concepto de acción y pretenden explicar los fenómenos colectivos, partiendo de la volición individual. Esta perspectiva -que se desenvuelve en un plano contingente y procesual- tiene como protagonistas a hombres y mujeres de carne y hueso, que actúan con una autonomía propia, movida por intereses, sentimientos o pasiones, dobde las estructuras sociales solo son cristalizaciones de acciones individuales. En esta tradición de pensamiento se desenvuelve una variada gama de matices, que suelen ser referenciados como acciobalustas, individualistas, subjetivistas o voluntaristas.

Por otro lado, los que enfatizan el concepto de estructura y otorgan prioridad a fuerzas sociales que constriñen la acción humana y escapan al control del actor. Los protagonistas de este enfoque son por lo general fuerzas sociales abstractas -sean eonómicas, culturales, demográficas, biológicas o físicas- que determinan el curso de acción de los agentes. Las persobas, al ocupsr un lugar enbel modo de producción, en las clases sociales, en los mercados de trabajo, en los partidos políticos, quedan relegadas a ser simples portadoras pasivas de fuerzas ajenas a sus consciencias y voluntades. Este enfoque comúnmente es definido como: sistémico, colectivista, estructuralista u holístico.
[...]

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