Alfonso II, El Rey.

Alfonso II, Conde en Palacio del Rey Silo, esposo de su tía Adosinda, es elegido Rey por el Consejo de Nobles, trasladando la capital del Reino de Pravia a Oviedo.

A tal nombramiento se opone su tío Mauregato que se hace Rey. Oposición que es apoyada por su hermano Ramiro y otros nobles, condes en la Corte de Oviedo, que no "condes de".

Alfonso II se traslada a las tierras alavesas acogido por la familia de su madre.

Allí es donde conoce a San Díaz, Conde de Saldaña y de Saldeana (en Palencia y en Salamanca), Señor de Luna (León, donde nace), Señor de Valdecarzana, Teverga, Quirós y Proaza, Señor de Villoria, Señor de las tierras del Sur-este y Sur-oeste del Reino de Asturias. Señor fiel al Reino en defensa del mismo de los intentos de tomarlo para sí los mahometanos.

Tras abdicar Mauregato al perder la confianza de quienes le apoyaron, Alfonso es, nuevamente, nombrado Rey por el Consejo de Nobles.

Es coronado el 14 de Septiembre del año 791.

Con él viene San Díaz que nombra Conde en Palacio.

Este nombramiento trae la oposición de Ramiro, al entender que él era el propio a ejercerlo para así situarse como mejor sucesor de su hermano Alfonso.

Tales son las intrigas de Ramiro, que Alfonso le aparta de la Corte nombrándole Gobernador de las tierras del Occidente del Reino, de Galicia.

Ramiro compra el favor de los nobles gallegos en contra de Alfonso.

Mientras Ramiro está en Galicia se casa, pronto tiene un hijo al que da en nombrar Ordoño, y enviuda.

Ramiro extiende por el Reino que Alfonso II es el puro en el linaje real y, con ello,también él lo es. Motivo por el cual se le comienza a apodar a Alfonso "El Casto", en base a la pureza de sangre, o linaje.

Alfonso se desposa por alianza política con una hermana de Carlos I, apodado el Magno por los suyos, francos y lombardos. Alfonso renuncia tener hijo que pueda optar a ser elegido tras su muerte y con ello ser absorbido el Reino de Asturias por el insaciable, astuto y ladino (por como hizo escribir los "textos sagrados" de la Historia) Carlomagno. Este hecho refuerza la esperanza de Ramiro de ser elegido, como hermano y por él tener descendencia. 

Trata, desde el principio, de romper con el sistema electivo de Rey, propio de los visigodos, y de imponer el sistema sucesorio de sangre, o linaje, con el cual él se aseguraba la sucesión.