Recomiendo la lectura del artículo publicado por Fernando Espín en El País de hoy, 06-09-13,pág. 17. Es informativo más que de opinión.
Es muy importante la Educación y la Formación Universitaria para el sostenimiento y desarrollo de la Sociedad. No seamos "cortos de miras". Nos estamos jugando nuestra vida actual y pasada. No sólo estamos jugando con la vida que otros tendrán en el futuro. en ese futuro que hoy vemos están viviendo los mayores. Sin Univdrsidad no hay pasado, presente ni futuro.
La Uníversidad no es un problema a de los estudiantes, profesores, investigadores y trabajadores. No es un problema para los "privilegiados universitarios". Los universitarios son quienes dan su vida para hacer posible la vida de los demás a costa de la suya.
Anoto el comienzo del artículo.
Ayer hacia una nota manifestando mi preocupación, enorme y abrumadora para mi. Cuando tomé la decisión de ir a la Universidad, la hice tras entender que estaba obligado a satisfacer una necesidad vital de comunicarme, de formar parte del Induviduo Social. Comencé con una donación de 37.000 pesetas que mi abuelo me dio nueve meses antes de morir, con la promesa de hacer una carrera universitaria para participar activamente "en esta sociedad que se escribe con minúsculas hoy, y que tendrás que hacer que se escriba con mayúsculas". Me sirvió la beca "privada" como complemento del trabajo complementario extra-universitario que hizo posible mi desarrollo personal, mi "confirmación" como persona.
"La propuesta para apadrinar a alumnos divide a la Universidad.
Algunos rectores temen que se confunda caridad con derecho a la educación
Los estudiantes recuerdan que es el Estado quien debe garantizar la enseñanza.
La propuesta lanzada por la rectora de Málaga, Adelaida de la Calle, para crear una bolsa de donantes para ayudar a los alumnos que no puedan afrontar el coste de los estudios superiores ha dividido a la Universidad. Mientras los representantes de los estudiantes han reclamado este jueves que sea el Estado el que "apadrine" a los alumnos, los rectores se movieron entre el apoyo a la iniciativa de su colega y el rechazo por la confusión que se puede crear entre solidaridad y el derecho a la educación.
De la Calle, que ostenta la presidencia de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), atraviesa un terreno complicado. Aunque el mecenazgo y el patrocinio llevan años implantados en los campus españoles —pero con menos intensidad que en otros países como Reino Unido—, la propuesta de la rectora malagueña ha descolocado a algunos miembros de la comunidad educativa. La diferencia con ese mecenazgo clásico, centrado en cátedras y la labor investigadora, reside en que la presidenta de la CRUE vinculó directamente las donaciones de particulares con el servicio básico que presta la Universidad. Es decir, apostó por emplear esas aportaciones ciudadanas en ayudar a pagar sus estudios a los alumnos con pocos recursos y que se han quedado sin beca.
En 2010-2011, el coste medio eran 1.100 euros. Hoy, las carreras más baratas están entre 591 euros en Galicia y 1.620 en Madrid.
Escasas ayudas. El precio asequible de las tasas compensaba el hecho de que el sistema de becas fuera claramente insuficiente escasos, según multitud de informes de organismos públicos y privados. El gasto en ayudas al estudio universitario en la media de la OCDE alcanza el 0,3% del PIB, y en España el 0,1%. Ahora, el incremento del precio de las matrículas no ha ido acompañado de un aumento en las ayudas.
Consciente de que su propuesta de crear una bolsa de donantes ha removido las entrañas de la educación superior, Adelaida de la Calle ha argumentado este jueves: "debe considerarse una acción de emergencia o transitoria porque yo tengo claro que el Estado debe ser el que siga manteniendo al sistema educativo en su mayor parte". La rectora ha dejado claro que este asunto no se ha abordado en la CRUE, pero no descartó que se haga en el futuro.
La Federación de Asociaciones de Estudiantes (Faest) ha agradecido esta idea que da "la posibilidad a personas solidarias para que puedan apadrinar a estudiantes con problemas económicos". Pero, a través de un comunicado, ha recalcado que "esta medida solo puede ser temporal porque supone pura beneficencia, cuando realmente debe ser el Estado el que provea de ayudas y becas a los estudiantes que lo necesiten".
Algo muy parecido ha opinado la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (Creup). Tras aludir a los recortes en las cuantías de las becas y el endurecimiento de los requisitos, ha apuntado que son positivas "todas aquellas medidas que ayuden a que ningún estudiante se quede sin educación". Aunque Creup ha defendido "que el derecho a la educación universitaria" debe ser garantizado por el Gobierno con "una política de becas acorde a las necesidades sociales y que en ningún caso puede depender de si una entidad o una persona particular dona dinero o no".
Ana García, secretaria general del Sindicato de Estudiantes, ha sido menos condescendiente con la propuesta de Adelaida de la Calle, que ha considerado "bastante indignante". En su opinión, la presidenta de la CRUE se alinea con el Partido Popular en su objetivo de forzar que "el derecho a la educación deje de ser un derecho para ser beneficencia". "Es beneficencia franquista", ha añadido García, para quien la solución estaría en destinar el dinero que se ha prestado a la banca para financiar los servicios públicos.
El rector de la Universidad de Sevilla ha interpretado la propuesta de su colega de Málaga como una "llamada de atención" sobre la complicada situación de los campus y los estudiantes por los recortes emprendidos por las Administraciones. "Pero sigo pensando que las becas y las ayudas deben ser con dinero público", ha dicho Antonio Ramírez de Arellano, quien ha pedido "hilar muy fino" para no confundir un derecho con caridad.
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