Un poco de historia que dio lugar a llamar a la la Plaza de la Escandalera, Plaza del General Ordóñez y, posteriormente, pasarla al lugar que hoy ocupa.
La Campaña Militar del Kert (1911-1912)
Campaña
iniciada para expulsar a los rifeños de las alturas occidentales de
la divisoria del rio Kert, desde las que los rifeños amenazaban
Melilla por el oeste.
Finalizada
la campaña de Melilla de 1909, en España la cuestión de Marruecos
se diluyó entre los problemas de todo tipo sociales y económicos
que asolaban el país. Mientras tanto, El Mizzián se dedicó entre
1910 y parte de 1911 a predicar la guerra santa (yihad) contras los
españoles invasores, a tejer alianzas y lealtades entre las cábilas
rifeñas y a organizar un verdadero ejército con el que enfrentarse
a las tropas españolas.
En
1911 se produjeron una serie de revueltas antieuropeas en Fez y
Mequinés, que fueron aprovechadas por Francia para ocupar estas dos
ciudades en el mes de mayo, y otras ciudades de Marruecos. Por su
parte, el presidente del gobierno español, Canalejas, aprovechó el
momento para ocupar Larache y Alcázarquivir.
La
opinión pública española reaccionó contra este nuevo signo
colonial, y la situación llegó a tal extremo que se produjo un
motín en el buque de guerra Numancia, donde se proclamó la
República el 6 de agosto de 1911. Pero Canalejas estaba firmemente
decidido a intervenir en Marruecos, no cedió ante la opinión
pública, y en agosto aprobó el plan de avance hasta el río Kert en
la zona de Melilla.
La
toma del monte Gurugú en 1909 no evitaba el peligro rifeño, pues
éstos dominaban las alturas de los montes situados entre el margen
derecho del río Kert y la ciudad por el oeste, con lo que se hacía
necesario desalojarles de allí. Las operaciones comenzaron en agosto
de 1911, duraron demasiado y costaron numerosas bajas. En la
Península fueron recibidas con una serie de huelgas generales
durante el mes de septiembre, mezclándose en las protestas el
rechazo a la guerra con las reivindicaciones económicas.
Reclutas
españoles de la ciudad de Barbastro.
La
cábilas de El Mizzián eran más numerosas y estaban mejor
organizadas, armadas y equipadas que en 1909, y presentaban mayor
movilidad que las columnas españolas, que eran atacadas
constantemente. El 14 de octubre murió el general de división don
Salvador Díaz Ordóñez y Escandón, y la columna del general
Navarro tuvo 33 muertos y 105 heridos. A lo largo de los combates de
finales de 1911 y principios de 1912 las tropas españolas ocuparon
una serie de posiciones (Monte Arruit, Izhafan, Tauriat Zag ...)
desde las que se llegó a la orilla derecha del río Kert, que se
constituyó en línea del frente con los rifeños por la
imposibilidad de las columnas españolas de asentarse al otro lado
del río.
El
15 de mayo de 1912, El Mizzián murió de forma fortuita en una
escaramuza. Sin jefe que lograse el necesario consenso entre cábilas
tan distintas y rivales entre sí, el movimiento rifeño se
descompuso. El gobierno español, presionado por la opinión pública,
no quiso aprovechar la oportunidad para penetrar de forma enérgica
en el interior del Rif, y se contentó con firmar pactos con los
jefes de las cábilas locales, como hizo en 1909, y puso fin a los
combates.
Entre
los hechos absurdos de esta campaña cabe señalar la dirección
personal de las operaciones por parte del Ministro de la Guerra,
general Luque. Visitó Melilla entre el 3 y el 19 de octubre, donde
le explicaron que el gérmen de la rebelión del Rif radicaba en
Alhucemas. El 7 de octubre se realizó una operación del paso del
río Kert sobre la que los rifeños presentaron una fuerte oposición.
El Ministro de la Guerra tomó el mando de las operaciones, en las
que las tropas españolas sufrieron 64 muertos y 205 heridos.
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