Esta
referencia la tengo anotada en 1995, tras una conversación con un
compañero cantinflas que creía me estaba engañando. Me dejaba
quitar la “robe” como si de un teatro fuera. No miraba a los
ojos, y sentado se agarraba a su perilla.Le tengo cariño por aquello
que le atribulaba desde que lo habían nacido.
Recomiendo
la lectura de este libro, al que tengo un especial agradecimiento.
El
mundo de ayer visto por mis ojos.
Dr.
Francisco Boloña Rodríguez
A
Carmita,
mi
inseparable compañera, con todo mi amor.
A
la memoria de mis padres,
para
quienes guardo veneración.
Prólogo
Asustado
por el cambio operado en el mundo, asustado por el derrumbe de los
principios filosóficos, morales y religiosos que significan estos
cambios, he querido dejar un relato de cómo era el mundo que se
derrumba, cómo se entendían esos principios éticos que menciono y
cómo se aplicaban a la vida diaria, no vaya a ser que el
equivocado sea yo y que está justificado el
proceder materialista de las nuevas generaciones.
Desde
luego, yo comprendo que las costumbres, las ideas, la forma de ver
las cosas tienen que variar con el transcurso del tiempo, pues si no
fuera así seguiríamos viviendo en las cavernas; pero, existiendo
principios eternos filosóficos, morales y religiosos que han
perdurado desde hace milenios, se me hace difícil entender por qué
hoy han dejado de ser eternos sin ser reemplazados por otros mejores.
Creo
que el principio de la filosofía kantiana, del "Obra de modo
que la razón de tu acción pueda ser elevada a norma universal de
conducta" sigue siendo válido, porque pertenece a esos
principios inmutables que han permitido que la humanidad haya
subsistido, haya progresado y haya alcanzado el nivel elevado que
tiene. Pero lo que se me hace incomprensible es la causa por la que
hoy, para la gran masa humana, han dejado de tener valor y de ser
aplicados en el diario vivir.
Si
pensamos que la causa de ello es el
extraordinario desarrollo
de la técnica y de la ciencia, que trata de destruir con argumentos
materiales principios espirituales, tendríamos que convenir que sólo
somos unos primates dentro del orden zoológico, pero sería
inexplicable cómo ese primate y no los demás animales ha podido
llegar a comprender la profundidad
del pensamiento cristiano, que ha perdurado durante dos mil
años sin perder la
exactitud del razonamiento que contiene.
Por
eso, asustado por la forma cómo el mundo se transforma en un
conjunto de seres que desconocen lo hermoso del pensamiento humano, y
que hasta se vanaglorian de su agnosticismo, he querido hacer un
recuerdo del mundo en el cual todavía existían baluartes como el
amor, el honor, la virtud, la belleza y la moral, que hoy se van
esfumando.
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