Genocidas sanitarios.

LADRONES SANITARIOS. GENOCIDAS "BLANCOS".

Las bacterias son los seres vivos más antiguos conocidos. Son, por ello, los seres vivos con una mayor capacidad para adaptarse al Medio, de vivir  en las condiciones más adversas.

Se han desarrollado productos químicos frente a los cuales las bacterias son incapaces de adaptarse y, por ello, sobrevivir. Genéricamente estos productos químicos les hemos dado en llamar "antibióticos".

El mal uso de los antibióticos, es el factor más importante que ha hecho que determinadas bacterias hallan desarrollado medios para adaptarse a ellos. Este proceso de adaptación a los antibióticos, le hemos dado en llamar "resistencia". Con el paso de los años y el mal uso de los antibióticos hemos conseguido que bacterias en un principio sensibles a los mismos, hallan desarrollado resistencias a más de un antibiótico, fenómeno al que hemos dado en llamar "multi-resistencia". 

La resistencia y, con más razón, la multi-resistencia antibiótica es el fenómeno más grave al que se está enfrentando la asistencia médica en general y, en particular, la asistencia médica en los centros hospitalarios, donde es la causa de mortalidad principal.

El hacinamiento de pacientes, el multi-uso de los instrumentos y los individuos sanitarios diagnósticos y terapéuticos, la falta de toma de medidas higiénicas por parte del personal sanitario y, la asistencia médica "agresiva" con medios químicos, quirúrgicos y radiaciones ionizantes, están haciendo "pasto fácil" para las bacterias a los individuos humanos.

El personal médico tienen una educación farmacológica en el periodo de licenciatura. Sin embargo, la educación en terapéutica en general y, antibiótica, en particular, es nula en el periodo de Licenciatura. La educación, que no formación, en terapéutica farmacológica se realiza en el periodo de postgrado, o periodo de educación post-licenciatura, que es aquel de educación especializada. Una educación no reglada que se realiza por imitación de la realizada por el médico asistencial.

Esta transmisión de saber terapéutica ha hecho que se hay transmitido errores sistemáticos en el proceder terapéutico.

En los años ochenta del pasado Siglo XX, tras detectar se tan grave error, se intentó subsanar introduciendo una especialidad médica en los Centros Hospitalarios, la Farmacología Clínica. Tal intento ha sido un fracaso, consecuencia, entre otros factores, el de la "presión" ejercida por las empresas farmacológicas en el Medio Político en general y, en particular, en el Medio Médico. 

Expresión de esta presión es la creación de la especialidad médica a la que se dio en llamar "Oncología Clínica" tras iniciarla con la denominación de Quimioterapia.

Con el mismo fin malévolo asistencial y, ante el éxito de la quimioterapia, se crearon las especialidades de radio-terapia y cirugía-oncológica.

Sin embargo, no se creó una especialidad específica, la "terapéutica infecciosa". Cuando se dedicaron recursos humanos específicos en la detección, diagnóstico. Prevención y tratamiento de los procesos y las enfermedades infecciosas, se apreció una eficacia y eficiencia en los mismos. Eficiencia y eficacia con carácter inverso a los beneficios económicos de las empresas farmacéuticas.

Una política, o proceder reguardo en la terapéutica con antibióticos reduce la morbilidad, la mortalidad y, a la vez, los costes directos de la asistencia sanitaria.

La vergonzante y vergonzosa actitud de connivencia entre las empresas de productos sanitarios en general y, en particular, de aquellas de fabricación de antibióticos, está produciendo una morbilidad y mortalidad cuyo final no es calculable ni tampoco imaginable.

Cuando tengamos un corto tiempo de observación de la catástrofe que puede, con alta probabilidad, terminar con el Ser Humano. Digo, que los supervivientes no vivan el tiempo suficiente para maldecir a los responsables pasados y actuales de tal catástrofe que no llegará a tener historia por no quedado Ser Humano sobre la Tierra.

Estas palabras pueden ser utilizadas como apocalípticas para ser aprovechadas por los genocidas "blancos", o "silenciosos" de la Humanidad en particular y, en general, de la VIDA.