Comer. Sólo con los amigos.
Hoy, podemos aseverar que el Individuo Humano no ha de comer lo que le apetece y/o gusta. Ha de comer lo que necesita y hacerlo cocinado de tal manera que le guste y le apetezca.
Pero no sólo cocinado de tal manera, sino comerlo en el medio que le complazca. Comerlo con aquella persona con la que le satisfaga estar y a la que su compañía satisfaga.
Comer es un actuar con el otro y hacerlo con el fin de obtener la satisfacción mutua. Es un comportarse con autocontrol con el fin de conseguir la satisfacción mutua con la bondad máxima.
¿Quedamos para cenar?
Te iba a preguntar lo mismo.
¡Quedemos!
¡Quedamos!
Mientras comían, el crepúsculo se les acercaba. Al llegar, la luz de las dos velas que anunciaban la noche abrieron sus párpados y el brillo de sus ojos iluminó sus rostros. Se miraron y sus manos se deslizaron sobre el mantel hasta que que sus dedos se robaron. Se miraron, no dijeron nada. Con la servilleta acariciaron sus labios. Se levantaron, y tras un corto tiempo de pié se acercaron. Sus labios se hermanaron. Su frente se besó y cogidos de la mano se dirigieron a la alcoba. Él rodeó su cintura mientras ella tomó su hombro y apoyó su sien.
Ambos sintieron el apretón del ¡si!
Suena teléfono.
¿Me vienes a buscar? Me dice Alejandra al otro extremo del teléfono. Si, voy.
Nos vamos al Museo Evaristo Valle. Hoy compartimos el comer con nuestros amigos Miguel Mingotes y José Arias.
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