Recomiendo leer la obra que sigue y, como siempre hago, recomiendo su lectura en voz alta, para ser escuchada, oída con intención. Y, hacerlo en Familia. Pero, en Familia, más allá del concepto de familia de sangre. La Familia como singular de Sociedad. Sociedad como singular de Persona. La Persona como singular de Individuo Humano DE PALABRA.
EL AMOR Y LOS DOS SEXOS.
DEL TIEMPO DE AMOR Y OLVIDO.
Agustín García Calvo
Editorial Lucina, 1984.
2411. Por ejemplo, entre nosotros, TE QUIERO no puede reemplazarse por cosas como "Te quiero mucho", "¡Cómo te quiero", "Te adoro" ni "Me tienes loco"; cualquiera de esas cosas que dijeran en el momento que exige la declaración de amor (nótese cómo el mero añadido de un cuantificador como "mucho" desvirtúa la fórmula enteramente), serían una defraudación y no producirían el esperado efecto sacramental; incluso si se dijera, con el sinónimo literario y algo cursi, "Te amo", cálculo que las más de las que recibieran tal cosa como declaración se quedarían al menos intranquilas de sí se había pronunciado lo que se debía o no.
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242. Esa fórmula está constituida por un verbo de los que llaman peor formativos, esto es, verbos en la 1a Persona que tienen la virtud de que hacen lo que dicen al mismo tiempo que dicen lo que hacen, como "Juro", "Te lo prometo", "Te perdono
2421. Sería una equivocación decir que tal verbo en TE QUIERO es el mismo que aparece en otros Tiempos, Modos o Personas, como en "Quiéreme (mucho)", "La quería (mucho)", "Lo quiere ( mucho)", o "Te queremos", o "Lo quiero"; de manera que, si alguna vez aparece (-) un "La quiere" en el sentido de un querer de "si o no", de querer absoluto o de verdad, habrá que interpretar que la fórmula es metalinguística y "La quiere" propiamente se explicita como "le ha dicho TE QUIERO", o Lo quiero" como "Le he dicho o al menos me he dicho y estoy dispuesta a decirle TE QUIERO".
¡Gracias, PROFESOR!
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