La Historia no es res nullius sobre la que todos creen tener derechos, ni dehesa de concejo a la que todos pueden enviar a pastar su ganado, ni tarea fácil para la que todos pueden sentirse preparados. Vengan enhorabuena hasta su campo cuantos se sientan atraídos por su estudio, pero dispuestos a sufrir duro noviciado. Que los neófitos aprieten bien sobre el potro los talones antes de atreverse a cabalgar por los sembrados de la Historia. Y que en los centros de formación de los historiadores se ponga más alto cada vez el nivel de la tapia que es preciso saltar para entrar en el Huerto de la Historia.
Una lanza por la Historia. Ensayos de historiología.
(Claudio Sánchez Albornoz, 1974)
Mis notas, son la cuneta que cultivo como campesino non ex-rudo que soy, y mi pobreza es tal que no tengo huerto propio, tan solo las cunetas del rocoso y polvoriento camino que sigo sin fin ni propósito alguno. Las escribo como señales para que en mi envejecer me permitan reconocer el camino de vuelta a los míos que un día dejé solos, aunque nunca abandonados, pues cartas sobre mi andar les envié por si deseaban saber de mi y mis andares. Deseo que nunca llegue a precipitarme en el olvido de los míos, del camino que una flecha despuntada señala sin sentido alguno.
Si alguien me encuentra desnortado, que me conduzca al precipicio que dice "sin sentido, al olvido". Hoy le doy gracias de antemano a tan buen samaritano.
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