Leyendo hoy el "abandono" de la Unión Europea del asedio a Irlanda, al igual que sucederá con España, me recordó el asedio de Troya por los aqueos.
La Unión Europea ha resuelto el problema de la Banca de Irlanda, al igual que está sucediendo en España.
La Unión Europea simula abandonar el sitio de Irlanda y España, dejando en estos dos Estados una deuda bancaria privada que compromete a Alemania y los Estados del Norte transformada en deuda publica.
Es mi entender que hemos de no consentir que abandonen la deuda pública trasvasada desde la privada. Y, si lo hace, como parece ser es su propósito, los ciudadanos de estos estados las quememos antes de que nos destruya como Estados, tanto a nosotros como a nuestros hijos.
A esta situación que nos plantea, principalmente Alemania, se añadirá la deuda bancaria pública alemana de las Cajas de Ahorro de sus estados autónomos y, a la que no ha consentido que entrara la Unión Europea y, si lo propicio al resto de los Estados, como Irlanda, España, Portugal, Chipre y Grecia.
Digo "desconfío de los alemanes, incluso cuando traen regalos"
Recuerdo lo estudiado en mis años mozos.
Lughio me cuenta que cuando los aqueos desisten de sitiar la ciudad de Troya, Laocoonte, sacerdote de Apolo Timbreo de Troya, casado con Antiopa y con dos hijos, al ver que abandonaban u caballo de madera junto a las murallas. Dijo al pueblo de Troya: "Timeo Lamaos et dona ferentes" (desconfío de los dánaos incluso cuando traen regalos). Así alertaba a los troyanos de que el caballo sería una trampa conteniendo soldados aqueos. Por ello, él les pidió quemarlo. No le hicieron caso por lo que él sólo pretendió quemarlo saliendo del mar dos enormes serpientes que devoran a sus hijos, en su lucha contra las serpientes también es devorado por las serpientes, Porce y Caribea, como castigo por haberse casado y tener hijos contra la voluntad de Apolo.
Existe una obra escultórica hecha de una sola pieza de mármol por Agesandro, Polidoro y Atenodor de la Escuela de Rodas, y que está arrancada y depositada en el Vaticano por mandato del Papa Julio II. Representa a Laocoonte y a sus dos hijos siendo atacados por las dos serpientes, como manifestación del dolor y la impotencia del Hombre frente a los "caprichos de Dios"
Leerse:
La Eneida
Virgilio
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