Buscar en este blog

13 nov 2013

No hablé para no molestar a tanto silencio ruidoso.

Kierkegaard: "El más seguro de los mutismos no consiste en callarse, sino en hablar"

Y lo hago para dirigirme a Dios, aunque no sea racional. Y, si no lo es, no me explica el deseo que tengo de hablar. Y de hacerlo al blanco, a la nada, a lo no perceptible, a la antítesis de lo caleidoscópico, a la acromía que no soporto. 

Deseo sentirme seguro, hablar para sumergirme en el más profundo de los mutismos creadores, irracionales. Buscando la luz racional con la más irracional actitud: callarme, callarme. Pero hacerlo sin ruido, sin que en mi sien quede marcada la alianza con los míos.

No hablé por no ser preguntado. Ahora hablo por preguntarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario