En los sistemas abiertos no hay ataqes. No hay staques por cusnto que no hay talanqueras.
Cuando Gonzalo Peláez se encerró en el castillo del Alba, fue atacado por Alfonso VII. La respuesta fue la de obligar a este el hincarse ante él y no a matarle. El conde Gonzalo Peláez deseaba para las gentes de Asturias igual trato que para las castellanas y, particularmente, las leonesas (sistema abierto) y no trato, o relación de vasallaje (cerrado).
Hoy, el castillo del Alba, símbolo de la sociedad asturiana, se mantiene con una rodilla hincada.
Asturias no se arrodilla ni tampoco ataca. Ni es vasallo ni señor. Asturias sufre lo que la vida es.
No solo se ha de vocear ¡arriba Asturias!, sino que ha de mantenerse en pié, mirando a los ojos y con las manos extendidas y presentando las palmas. Asturias no mira al suelo ni cierra sus puños. Tiene espada corta y, pr ello, que da un paso más antes que empuñar arma alguna.
Bernaldo tomó para sí a Durandel pero no para atravesar cuerpo alguno sino para clavarla en el suelo a modo de talanquera: ¡de aquí no pasarán sino es de igual a igual! le dijo Bernardo a Roland, le dijo Alfonso a Carlos. Así se lo reiteran los Bernaldos y Felipe.
Haremos lo que a otros les parece imposible, levantar Alba y demás torres y recuperar Luna, como símbolo de gentes libres que somos las asturas y leonesas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario