a Giordano Bruno, hermano de fuego
Qué oscuro dogmatismo
te negó la existencia
de mundos infinitos.
Qué ignorancia feroz
condenó los planetas
a perpetuo reposo.
Qué intolerancia cruel
te invitó a retractarte
del viaje de las almas.
Qué cobardía primaria
fue capaz de juzgarte
el amor y la idea.
Qué terror animal
incendiando tu voz
creyó que la acallaba.
Mercedes Rodriguez Barrandeguy
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