Buscar en este blog

31 mar 2013

La piedad como gracia.

Un día te encontré en la calle. Incoherente en tus palabras, te aparté de la calle.
Cuidé de ti, mientras yo me descuidaba. 
Ahora en la calle pasas ante mi
 y no me reconoces.
Un pié me corté 
para que pudieras andar.
Ahora sin pié me encuentro yo
 y con desdén me empujas
y al caer al suelo, te ríes de mi.
Dios no te honró con la piedad.
A mi que me honró con ella, 
La mano tendida siempre estará para ti.
No te apenes por el frío del camino.
No clames por mi,
Gustoso te levantaré,
Y a hombros a tu casa te portaré.
En silencio me iré.
No resucitaré. 
Vive alegre y descuidada 
tu larga vida.
Yo no estaré,
Ni ante tí,
Ni en tu memoria.
Desmemoriada y desdichada,
Morirás 
Sin saberte
Desdichada.
Morirás,
Nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario