A mis tierras baldías otrora cultivadas.

Hoy de temprano hasta las tierras del Cristo fuí. No sabía porque lo hacía. Lo hice por hacerlo como lo tantas veces antes lo hiciera. Cultivar en ellas quisiera
Si fuerzas tuviera
Y no sólo fuerzas soñadas y no palpadas por tan arrugadas manos
Que no encuentran soldada
Para ceñir mi corta espada en tan doblada cintura.


Al amanecer la memoria me vino a decir, como al Cid sucedió. Esto que sigue me vino a decir. Fueron palabras como aquellas que al MioCid dijeron quienes por Castellanos fueron Bien Znacidos por sus Madres que en su vida la suya dieron por quienes hoy las recuerdan.

Hubo un día
Que de mi tierra me fuí.
Pensé
Que antes marchar
Que de nadas morir.
Hoy he vuelto mis ojos
A las tierras que ayer dejé
Para mis tierras mirar
De mis ojos salían lágrimas
Por verlas secas morir.
Lágrimas que darán vida a quienes en ellas dejé
Para nunca más volver
Por mucho que mi corazón clame por con ellas morir.