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2 feb 2013

Sonna y Escipion. Historia de una traición.


Nivola de Asturias. 1.- Origen de la Organización Social. 


Esta nota se la dedico a mi hermano Paco y familia.

Sonna y Escipión. Historia de una traición que tornó la Historia de Asturias, nuestro Señor, al que serviré hasta la sinrazón. 

Con el paso de los años la Injuria no torna en Verdad, mientras el injuriado viva en la memoria de aquellos que de él descienden para servirle mejor y volver hagan la injuria en la sinrazón que la envidia hizo traidor. Ha de hacer Perdón al Traidor aquel injuriado por su condición de Honor. Y, cuando el Injuriado no pueda hacerlo, por él lo hará quien de él venga, pues nunca el nombrado tiene condición de Honor.

A mi hermano Francisco que con respeto trato a él, del cual sabe soy, y prometo ser, a él y a su familia, leal servidor, por convicción desde que cumplidos dos años comprometí en ello mi honor y el de la familia que de mi viniera.

Digo que,  a él dedico estas palabras de ficción que de mi corazón salen y no de mi razón. Por eso son ficción, pero las palabras hiladas con mi razón son. Así pues, entiéndase real la historia que narro, aunque los hechos de otra manera son.

Comienzo ya la hilazón. Digo.

A la muerte del Rey Alfonso II es nombrado Rey al Conde San Díaz, Nepociano. Nombramiento hecho, como era propio del Pueblo Godo, por el Consejo de Nobles del Reino. Consejo constituído por Astures, Cántabros  y  Vascones.

San Díaz, Conde de Saldaña y Conde del Palacio del Rey Alfonso II, estaba casado con Jimena, hermana del Rey. Se dice que casaron sin la voluntad del Rey, de noche. Tuvieron un primer hijo, al que dieron en nombrar Bernaldo. Amamantado por Juana, campesina establecida en el Prado de la Vega, al otro lado de la muralla donde estaba el Palacio y al que se accedía por paso subterráneo. Juana, casada con un hombre venido a ella desde Quirós y que no se dieron descendencia.

Juana, todos los días antes de cantar el gallo daba de mamar a Bernaldo. Lo lavaba y vestía con ropas suyas. Lo llamaba Bernardo para hacerle pasar por hijo suyo y de su marido.

 El Rey, su tío, de él no sabía. Solo el cura de Palacio,  que de noche casó a sus padres y al amanecer le recibió como cristiano, de él sabía. Tras bien vestirlo, y con manta envuelto para que de él frío alguno se valiera para enfermarlo, sobre un jergón de hierba en un capazo lo metía. Así, en una parigüela de la burra que en la otra la leche a Palacio todos los días llevaba, por el paso que en la muralla de Oviedo había, desde el Prado de La Vega al Palacio que su padre a su tío Rey le ofrecía. 

Al otro lado de la muralla, y a la puerta del Palacio, su madre, Doña Jimena, todos los días con los ojos húmedos lo recibía. Y, apretando contra su pecho la criatura venida, todos los días entre gemidos decía: hijo eres del hombre que amo y mío. De mamar no te doy por el Rey tú tío que niega seas hijo mío, y me ha prometido encerrar a tú padre por querer yo que sea hombre mío y padre tuyo. Tú padre, como padre tuyo, y yo, tú madre, como madre tuya, sabemos que un día llegará en que el Rey tú tío, al que servir harás con honor, razón te dará del deshonor de hacerte crecer sin el calor de nuestros brazos. No sabe, como nosotros sabemos, que Juana y su esposo, su Señor, buen calor te dan, en nada desmerecedor de aquel que nosotros no podemos darte. Favor te debo Juana por tanto primor en servir a nuestro Hijo y Señor. Nunca olvidamos tus desvelos en servirnos mejor, Juana y tú Señor.

Tú tío Ramiro, hermano de Alfonso Rey, gobernaba las tierras del Occidente del Reino, aquellas que del entorno del río Eo hasta el mar océano, allá donde la tierra firme terminaba, se extendían. Allá lo envió el Rey Alfonso lo alejó del Palacio de Oviedo lo alejó con la intención de hacerle cesar en su ambición de hacerse con el Trono, pués muchas fueron las intrigas para hacerle cegar y en monasterio encerrar, las protagonizadas por tu envidioso tío. Pero, los Nobles, por su honor, nunca lo siguieron. Por ello, bien aconsejaron al Rey nuestro Señor, apartarlo de Oviedo cuanto más mejor.

Ramiro en Galicia Gobernardor continuó su ambición, siéndole fácil el tener ayuda para su ambición. Pronto le fueron fieles servidores los condes Sonna y Escipión que al Oriente y al Occidentevdelmrio Eo ejercían poder con fuerzas a su favor en el cuidadoy defensa de los límites de su Señor  Alfonso.

Sonna, al frente de los habitantes Britones del Este del Eo. Britones que procedentes de Britania a esas tierras por mar llegaron, sirviendo a los reyes Britones en su intención de tomar el Reino de Asturias por Occidente, ya que por Oriente, los Vascones, fieles por su Honor ,defendían las tierras de Alfonso, que de ellos eran, por ser las tierras de la Madre del Señor Rey Justo y que quiso ser Casto, y lo fué, para mejor Rey ser.

Escipión, al frente de los habitantes de la Legio, de Lugo y León, venidos del romano Imperio que un dia por  las tierras que poblaban, por la fuerza tomaron, cuando los lughones astures resistieron, hasta que tras diez años de lucha sus fuerzas cedieron. De sus cenizas, de su memoria, los hijos nacieron el  pueblo Astur que Don Alfonso enfrentó, como antes lo hicieron otros, desde el Primero, o Principe Pelayo que en Covadonga supo defender su honor haciendo frente a la fuerza del pueblo árabe, por el Sur de las tierras de los astures, invasor. Digo, hasta su tío Bermudo, predecesor que el Reino defendió de las invasiones de Britones que por el Norte pretendían por la fuerza tomar y de las árabes por el Sur, jalonando el Nalón de Torres de alarma y defensa, desde la alejada de Soto de Aller, hasta la próxima de Soto del Barco.

Si Pelayo el Reino por el sur defendió, su capital en Cangas de Onis estableció. Bermudo por el norte lo defendió, estableciendo la capital en Pravia para así defender los intentos de invasión que por el mar venían desde el norte y desde el Sur por el Nalon lo hacían. 

El Rey Alfonso la capital la situó en Oviedo, para desde el Centro, el Reino unir. Las defensas estableció nombrando y estableciendo alianzas con señoríos y condados. 

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