Denigrante hospital de La Cadellada.

Sobre mudanzas y traslados.

Cuando alguien se traslada de casa, toma cajas por doquier, donde va colocando todos los objetos que no se atreve a tirar por no serle útil. Comportamiento de no desprendimiento de aquello que le ha sido útil y que ya no le es pero, por el miedo a que vuelvan aquellos tiempos de "hambre" que satisfizo con esos objetos, los deja en el lugar que le  queda en vacío en su nueva casa; en desván, o que quedó vano, o que no sabe como ocuparlo; en Castilla, se le dice "sobrado" y en Asturias "tenada". Es decir, lo que sobra o que no tiene función, o propósito.

Cuando se cambia de casa por emprender una "nueva vida" se calculan los espacios que necesita en esta y la relación entre ellos "pasillos", o "lugares de paso" entre ellos. El resultado es una nueva casa de un nuevo volumen.

Ayer, estuve sabiendo y conociendo el hospital de La Cadellada. 

Este hospital, como estructura arquitectónica, es un hospital de "segunda mano" que, por ello, tiene como fin "igual vida" que la tenida en el hospital Del Cristo. Es decir, se va a seguir haciendo la misma asistencia médica. 

Cuando se pensó y decidió hacer un "nuevo hospital" era por necesidad para realizar una "nueva vida", una nueva asistencia médica.

El resultado es un solo edificio frente al conjunto de edificios del anterior.

Este nuevo edificio se ha hecho como una caja en la que ahora los trastos del anterior no caben. Es decir, se hizo primero la caja y luego se están metiendo en ella "como sea". Así, pasillos enormes, con habitaciones pequeñas.

Los pacientes se aprietan unos contra otros en una misma habitación. ¡Indigna y denigrante actitud hacia los pacientes. 

¿Quien de los responsables se dispondrá en una habitación con un extraño y visitado por extraños?

¿Qué pasa sobre la confidencialidad de la información médica? Esta situación, no sólo es denigrante, sino ILEGAL.

¿La Agencia de Protección de Datos autoriza esta difusión de datos?

Bueno, no sigo, me avergüenza que la envidia haga uso de los recursos públicos. Discapacitados con necesidad de acompañante y de, no de ayuda sino de auxiliar en las necesidades de aseo personal, emunctorios y de intermediación por la palabra.