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14 dic 2013

La cocina hizo al Hombre. Gómez Tabanera

ha llegado a dominar, como transformador de ciertas propiedades de las materias orgánicas que le sirven cotidianamente de sustento, parece lógico pensar que la cocina no hizo al hombre, aún cuando subrayemos la importancia que tal conquista cultural pudo tener en su desarrollo posterior, tanto desde un plano psíquico como físico, sin olvidar posibles derivaciones genéticas, que pudieran expresarse ya en el Homo sapiens, aparte de la cochura de los alimentos, además de hacerles más digeribles, trajera consigo una mejora de las condiciones metabólicas y de vida, al poner a su alcance la regularización dietética y un ritmo circadiano que en curso de los milenios pasarán a ser considerados como condicionantes del que hoy se entiende como comportamiento del Neantropo u hombre actual.

1. Antes de la cocina: Economía mixta, solidaridad comunitaria y «primera Sociedad de abundancia»

Por otra parte, en las concepciones evolucionistas que se impondrían en el último tercio del pasado siglo, primero tras las concepciones darwinistas, y después tras las elaboraciones de Tylor, quizás parezca demasiado extraño que se viera como un posible criterio de humanidad el conocimiento del fuego y su mantenimiento, incluso antes que la posesión de un lenguaje o cualquier tipo de útil en piedra y hueso. Idea ésta, que no pareció preocupar excesivamente al holandés Dubois, cuando descubre en Java y en 1891, los primeros restos del que habría de ser llamado Pitecantkropus erectus existente quizás 200.000 años atrás, pero que posiblemente, pudo influir hacia 1947, en plena euforia de hallazgos y taxonomización de los hombres mono que integran los llamados Australopithecos, considerados mucho más antiguos, para que al aparecer en Makapansgat (África del Sur) los restos de uno de ellos, que sería inicialmente bautizado Australopithecvs pronwtheus, junto a vestigios de cenizas, se forjase toda una leyenda sobre el primer fuego controlado por el hombre, cosa que no resultó cierta. Años más tarde podría no obstante, atribuirse la primera utilización humana del fuego, detectada arqueológicamente, a la vez que a un Autrolopiteco que vivió hace más de un millón y medio de años, en el África Oriental, a un muy próximo pariente del hombre de Java: el Sinanthmpus pekinensis, (hoy Homo erectus pekinensis), habitante de la Colina de los Huesos de Dragón (Chu-ku-tien) próxima a Pekín, y que de acuerdo con las observaciones in situ de H. Breuil y W. C. pei, hace medio millón de años, no sólo dispuso de hogares, sino también utilizaría el fuego tras su domesticación, para inaugurar las artes culinarias, e incluso técnicas de utilización que habrán de ser utilizadas por todos los Arqueantropos del Pleistoceno Medio, a quien la conquista del fuego les proporcionaría una seguridad hasta entonces desconocida en un mundo hostil, llegando quizás a la adquisición de particulares técnicas de producción y conservación, y que en la Europa Occidental, harán asimismo suyas, los hombres de Achelense Medio de Torralba (Soria) y Atapuerca (Burgos) en España; Terra Amata (Niza) La Escala (Bocas del Ródano) en Francia; VérteszoUos en Hungría; Swanscombe y Hoxne en las Islas Británicas... datándose a partir del interglaciar Mindel Riss.

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