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10 dic 2013

La eposeia anotada. Respondo.

La eposeia anotada deseo que sea entendida como exposición de hechos que son verdaderos que se han dado linealmente en los tiempos en los que se exponen y en los espacios que se mencionan. Los personajes son reales y, en el desarrollo del Diario se van anotando con nombres significativo unos y reales otros. Unas veces describo hechos, otras veces los narro y, conforme se acerque el clímax, el diálogo se hará más habitual, recurriendo a la exposición sonora de aquellos documentos que tienen ese soporte, aunque también estoy preparando la narración oral personal. Hay momentos de la narración que tienen iconografía que se expondrá, unas veces cruda, otras coloreada y otras en 256 tonos de grises para realzar la miseria, o húmica del individuo humano y su colectivo poblacional, donde la acción manifiesta la ausencia del epos, o el nacimiento de la eposia como manifestación más primigenia de la propiedad comunicativa del individuo humano a través de la transformación de los sentidos químicos, olor y sabor, en sentidos físicos, el tacto, el sonido y la visión, consecuencia de la proyección mandíbulas al levantar la cabeza del humus que hizo posible desarrollo de la amígdala en el seno del tempo.

Cuando anoto esta eposeia lo hago que el fin de levantar la pasión que despierta explorar al Otro como espejo del Uno, tomando con las manos la intangible línea de intersección de los planos de ambos, perpendiculares entre sí que genera el torbellino de la Historia que envuelve la Vida en forma de Persona.

Cuando observas al Otro en un plano espacial frontal a ti, y la curiosidad te lleva a observarlo en un plano perpendicular a ti, has hecho de la nada, del caos, el todos, el orden que te identifica con él. La sucesión de planos entre tu visión frontal y la perpendicular a ti, gravita en ambos la necesidad de ser, exclamando: ¡Dios, esto es Amor!. ¡Dios, esto es Conocimiento!.  ¡Dios, somos Uno y Trino: Ella, Yo y la Epos!

¡Ella, Tu y Yo!. ¡Amarillo, Azul y Verde!. Al fin, Lughonia enarbola, de nuevo, su bandera. El Pueblo Elegido, regresa a la Tierra Prometeica.

¡Al fin, soy Memoria Vuestra!

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