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4 jul 2014

A ti Emilio






Los descarriados del Partido Popular, mucho me temo que terminarán enviando un sicario a matar al jilguero que en su jaula  trina sin cesar. Estoy en pena, o espera de saber del momento, por cuanto las bandas americanas de Chicago, así procedían  con sus contables. Al Capone terminó sus hazañas no por ellas, sino por un delito fiscal. Siguiendo las hazañas de la banda del PP, todo parece ir encaminado en este sentido.

Tratar de desviar la atención de sus hurtos a los hurtos que su contable le hacia. Al final, parece ser que el delito ha sido que el contable hurtaba a la banda y no que es la banda la que hurtaba al Estado para el que trabaja.
(No se conoce si ha habido violencia alguna para hurtar. Es posible que la banda hiciera uso de la violencia física s parte de la violencia moral; todo cadáver sale a flote)

Hay españoles perplejos por haberse hecho rico el contable a costa de su empresa a la que puede llevar a la ruina. 

¿Bajo que puente aparecerá colgado el banquero, o contable?. Vaticino que bajo algún puente no muy lejano.

De momento, la zorra trata de cuidar de sus gallinas, ya que hoy comencé con fábulas de Esopo.


Emilio o la educación 
Rousseau, Jean Jacques

Libro Primero
Todo es perfecto cuando sale de las manos de Dios, pero todo degenera en las manos del hombre. Obliga a una tierra a que dé lo que debe producir otra, a que un árbol dé un fruto distinto; mezcla y confunde los climas, los elementos y las estaciones, mutila su perro, su caballo y su esclavo; lo turba y desfigura todo; ama la deformidad, lo monstruoso; no quiere nada tal como ha salido de la naturaleza, ni al mismo hombre, a quien doma a su capricho, como a los árboles de su huerto.

De otra forma, todo sería peor, ya que nuestra especie no quiere ser formada a medias. En el estado en que están las cosas, un hombre abandonado desde su nacimiento a sí mismo sería el más desfigurado de los mortales; las preocupaciones, la autoridad, la necesidad, el ejemplo, todas las instituciones sociales, en las que estamos sumergidos, apagarían en él su natural modo de ser y no pondrían nada en su lugar que lo sustituyese. Sería como un arbolillo que el azar ha hecho nacer en medio de su camino y que los transeúntes, sacudiéndolo en todas direcciones, lo matan.

Es a ti a quien me dirijo, tierna y prudente madre, que has sabido evitar la gran ruta y librar del choque de las opiniones humanas al naciente arbolillo (*). Cultiva y riega la tierna planta antes de que se muera; de ese modo, sus frutos ya sazonados serán un día tu delicia. Forma a su debido tiempo un círculo alrededor del alma de tu hijo; luego puedes levantar otro, pero sólo tú debes poder apartar la valla.



(*) Nota del autor.- La primera educación es lo que más importa, y sin la menor duda compete a las mueres; si tuvieran que encargarse los hombres de ella, el Autor de a Naturaleza les habría concedido leche para que pudieran criarlos. En tales circunstancias, en los tratados de educación nos relacionamos especialmente con las mujeres, ya que además de que pueden vigilar y estar más cerca de los niños que los hombres, e influyen también mucho más, les interesa a ellas de un modo especial que esta educación alcance el mayor grado posible, puesto que la mayor parte de las viudas quedan a merced de sus hilos, recogiendo después los resultados de la educación que les dieron. Las disposiciones legales no ofrecen la suficiente autoridad a las madres, aunque se ocupan de los niños más que los padres; sus obligaciones son más constantes, tienen mayor importancia sus afanes para el buen orden de las familias, y generalmente tienen más cariño hacia sus hijos, lo cual se debe a que siempre se ocupan mas de lo trivial que de las personas, y su finalidad no es otra que lograr la paz en lugar de la virtud. Existe algún caso en que el faltar un hijo a su padre puede tener algún atenuante, pero si hubiera un hijo tan indigno que faltase a su madre, que lo llevó en su seno, le crió, que durante muchos años se ha olvidado de sí misma para dedicarse de lleno a su hijo, ese desventurado sería merecedor de un castigo que le quitase para siempre la luz del día. Comentáis que las madres miman en exceso a sus hijos, en lo que hacen mal, pero les perjudicáis mucho más vosotros, que sois los autores de su depravación. Una madre aspira a que su hijo sea un ser feliz desde el momento en que viene al mundo. Y es justo, pero conviene que sufra los efectos del desengasto cuando se ha valido de medios equivocados. La avaricia, la ambición, la tiranía y la falsa previsión de los padres son mil veces más perjudiciales a los hijos que el ciego cariño de las madres. Por lo demás, es indispensable dar una explicación al sentido que doy al nombre de madre, lo que haré más adelante

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