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19 ago 2013

Catalonia, España y la Unión Europea.

Cuando llegué a Barcelona para hacer la Licenciatura en Medicina y Cirugía, me interesé en conocer Cataluña. Me indicaron el leer la obra del Dr Trueta, que iba a ser mi profesor de Ortopedia, Traumatoloogía y Fisiopoatología, si el Poder Establecido no lo impedía, hecho que había sucedido al negarle regresar a su Cátedra de la Universidad Autónoma, así llamada por ser reivindicación de la Autonomía Política de Catalunia. El Profesor residía en Inglaterra donde era profesor y médico desde su salida por la llegada a Barcelona de los rebeldes franquistas.

Luego recibí clases elementales de catalán utilizando clandestinamente el texto de J. Plá, La República, así como sus crónicas políticas desde Madrid.

No encuentro una traducción al castellano de la obra, escrita en inglés originariamente. Por este hecho, transcribo en inglés su comienzo.

Lo hago hoy tras escuchar las manifestaciones de los euroescépticos alemanes decir que España debería ser expulsada de la Unión Europea, con la excepción de Catalonia y Vasconia, por ser una carga primitiva para el desarrollo y futuro de la Unión Europea.

España no es conocida por los bárbaros del Este de la Unión Europea y, por los del Norte, tampoco.

Lo mismo puedo decir de España, no conocida por España.

Los intentos que estoy haciendo en este diario van en el sentido de conocer, o buscar el conocer, a España. 

Si negamos desenterrar a nuestros antepasados inmediatos, como es el caso de los enterrados, o tirados en los lugares no transitados, no podemkos decir que conocemos España y, mucho menos, sentir la necesidad de besar a nuestros hermanos y padres. Mientras esta conducta poblacional no se reconduzca a una conducta social, no podemos querer integrarnos en la Unión Europea. La Unión Europea es una Sociedad, la Unión Europea no es una Población.

Curiosamente ayer, por la tarde, escuché al representante de la fundación alimerka hablar y, a la vez, tenía sobre mis rodillas las fotografías que por la mañana tomé del Cementerio de Lugo de Llanera, profanado, si se puede entender, por la abominable presencia del llamado Centro Logístico de alimerka. 

No se puede ser más bárbaro, hablar como se habla por parte de ese Individuo de la motivación, que no motivo, de la cínica fundación pues, como tal es así definida por loa ley de fundaciones.


Luego de leer la obra del Dr. Trueta, recomiendo leer la de Francisco González Ledesma, titulada "Peores maneras de morir". De los ideales que leí  no queda nada, si es que existieron. El trabajo que recomiendo describe mi paso por Barcelona, mi experiencia desde la Plaza Real en la pensión Colón y, mis amistades en los  infra mundos de las manzanas, donde se situaba la Sociedad Latente, Real, de Barcelona, hacinada en los "patios de luces".Muy lejana de la Sociedad Aparente de Barcelona, hacinada también en la calle, entrando y saliendo del Liceo. Y, no hacinadas de Pedralbes.

Quienes me han leído tendrán presente que la Sociedadbes el Hiperciclo resultante de la intersección de dos Subciclos, el Aparente, u observable con nuestros sentidos, y el Latente, o no observable con nuestros sentidos. Mientras que el Aparente se te presenta sin buscarlo (huesos con carne, cuerpos), el Latente esta ocultos a nuestros sentidos, hay que buscarlo (huesos descarnados, despojados, robados, des-robados,desvestidos, desnudos). El Subciclo Aparente se muestra orgulloso, el Subciclo Latente se oculta avergonzado.

El Subciclo Aparente es el vencedor, a nuestros sentidos, es el que "escribe" la historia. El Subciclo Latente es el vencido, a nuestros sentidos, es el que no escribe.

Se habla de Lucus Asturum, no se habla de Lughonia ni de Mazuria. Lo escrito por los vencidos se reutiliza para hacer nuestros edificios y, de ello se dice que "no han dejado restos escritos".

Cuando uno lee la presencia sobre una piedra de la figura de un hombre y una mujer, leemos que allí se veneraba, se cultivaba la Persona, la relación entre Individuos Humanos que se comunicaban mediante la palabra. No nos hablan de luchas entre Individuos humanos. Cuando sobre la piedra se tallan los animales con los que convivían, no hablan de muerte y ausencia, sino de vida y presencia.

Bueno, hago transcripción de Spirit of Catalonia, manifestó de orgullo de hombres por pertenecer a una Nación.

J. Trueta
The Spirit of Catalonia

For Pau Casals
a great artist and a great Catalan

The ancestors of the people dealth with in this book were Pyreneans, Iberians, Celts, Greeks, Romans and Visigoths. They lived in the southern part of Gaul and northern part of the Iberian peninsula: that is, the large area between the Loire in the North, the Ebro in the South, the Alps in the East, and the Cantabric Sea in the West. Its geographical nucleus was the town of Narbonne, centre of the Roman administration for more than five centuries; in the extreme South was the town of Tarraco, the capital of the Roman province of Tarraconensis. Later, when the barbarians of the North invaded the decrepit Roman Empire, they made Toulouse - farther West - their capital.

As for the more remote ancestors of this people, we know that the races which migrated from Africa, Europe, or Asia always spread very evenly over the South of Gaul and the North of the Iberian peninsula. In fact there was no geographical obstacle to their great invasions; this calls for an explanation, since the reader may think of the Pyrenees as a barrier between the middle and the southern parts of the area with which we are concerned. The Pyrenees may be divided into three sections: the centre of the range which is very difficult of access, and the two sections at the ends with passes open even in the coldest winter. Towards the Mediterranean end of nthe mountains, there are four routes linking the plains on either side. Iberians, Greeks, Celts, Carthaginians, Romans and Goths— none of them were ever checked by the Mediterranean Section of the Pyrenees; rather is it probable that the passes lured them on to the plains.

The Spirit of Catalonia beyond. But the middle and most of the western section are different: throughout history they have acted as a confining wall, partly because the passes through them are few and difficult, but principally because of the warlike nature of the Basques, who have lived there from prehistoric times. The Basques, with the mountains to aid them, stopped the Romans with that same spirit with which, many centuries later, they fought Charlemagne's army—a struggle which inspired the Chanson de Roland and other poems. It would not be an exaggeration to say that the unique topography of the Central Pyrenees has preserved to our own day one of the few prehistoric human stocks in Europe; and it is to the mountains that the Basques are indebted for the preservation of many of their ancient characteristics, physical, mental, and moral.

The existence of the Basques all along the high ranges of the Central-Western Pyrenees is mainly responsible for the clear-cut difference between Frenchmen and Spaniards of today; as time passed the Basques of the plains have been strongly influenced by both, but most of the mountaineers have remained purely Basque.


This varying accessibility of the mountains has conditioned the history of the Iberian peninsula and has made its inhabitants what they are today. The simple view—which, like every simple impression, tends to stick in our minds—that the areas represented by modern France and Spain are well defined by nature, is incorrect if applied to the inhabitants. And it is equally misleading if applied to the climate and other factors of their environment; in fact, climate and natural surroundings are very similar throughout both areas north and south of the Pyrenees. Thus, it is only natural that the older inhabitants of the zone between the rivers Ebro and Loire and the Alps and the Cantabric Sea had very similar characteristics. If anything, in ancient times the Ebro was considered a better boundary than the Pyrenees;

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