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17 ago 2013

Sadismo y masoquismo.


Leo en ABC, pág. 15 de hoy 17 de Agosto de 2013, la nota titulada "un pésame impresentable y vil".

Tal nota hace referencia  "La despedida que un blog oficial de Comisiones Obreras dedicó a Rosalía Mera tras su fallecimiento ("Su puesto en la lista Forbes ya ha sido ocupado por otro/otra. Que también se morirá tarde o temprano") es algo más que una falta de educación: revela muy mala entraña y peor condición humana. Es de esperar que la dirección federal del sindicato, y en especial Ignacio Fernández Toxo, reconvenga a la filial que emitió tan lamentable  pésame y pida disculpas a la familia de la empresaria desaparecida por tan impúdico  arranque de vileza.

Si esto es así y, dada la naturaleza de mi anterior nota, he de decir que técnicamente es la manifestación del anotador de su necesidad de satisfacer su innato sentido de ser dominado. No es un acto de sadismo por parte del anotador, ya que este busca obtener placer al realizar actos de dominio. Más bien ha de entenderse y, por ello comprender, como médico que soy, que manifiesta el anotador un trastorno mental de las emociones, al que, técnicamente, se le refiere como odio, venganza, o justicia recibida por él al no haber conseguido lo que de la muerta había y, probablemente, si no es tratado adecuadamente, y aún hoy envidiaba, y de la que no pudo despojar, o robarle.

Así es como entiendo la parte de sadismo que la nota manifiesta.

Por otro lado, en tal nota también aprecio masoquismo, o comportamiento de placer al sentirse víctima de dominio, o crueldad por parte de la muerta, o, lo que es habitual, por considerarse víctima de la crueldad de su Dios que no le eligió en vez de hacerlo con la muerta. Habitualmente, estas víctimas masoquistas se regocijan en la lectura de los hitos conseguidos por la muerta, por lo que guardan celosamente todos los escritos referentes a la muerta, o dominadora. Incluso hacen lo posible por obtener objetos que fueron de su propiedad y uso íntimo. Una muestra de este comportamiento patológico es el robar el cadáver, y hacerlo con dolor, o hacer lo posible por ser ajusticiados por ello.

He vivido hace un año un acto de patología sadomasoquista por parte de un grupo familiar con las cenizas de un muerto. Se me planteó el tratarlas por psiquiatra pero desestimamos tal intento de tratamiento al considerar lo natural del comportamiento en subespecies humanas y, por ello, sólo la domesticación como subespecie es posible y, en consecuencia, se les está domesticando como bestias de carga sin genitales; como bueyes, o "mansos" que son.

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