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28 may 2012

Diabetes 2. Curiosa ciencia

El Silo como especulación y enriquecimiento a costa de crear enfermedades.


En los primeros cuarenta se controlan las plagas de los cereales, del trigo en particular.

Si todos los años tenemos cosecha, no se necesita cosechar más de lo que vamos a necesitar consumir, ya no se necesita ensilar. Si ya no se necesita ensilar, no se puede utilizar el cereal ensilado para crear riqueza ni como medio de crear temor al futuro de los Individuos Humanos.

¿Qué he de hacer Merlin, preguntó el Rey, con cara desencajada, por ver su vida futura alejarse del oropel con el que había vivido hasta entonces?.

Como siempre hay un Merlin mercenario, este le dió la solución.

Mi señor, le dijo inclinando la cabeza ante su presencia. Ser representante de Dios, obliga a no mirarle a los ojos, pués ello le llevaría a la ceguera, ya nunca más podría tener razón y, por ello, dejaría de ser necesario su servicio. 

Así, con vileza, llevó su cabeza hasta alcanzar oler las miserias del Señor y le dió la respuesta.

Son tiempos de mucho paro laboral en las ciudades, consecuencia de haber conquistado el Mundo más allá del gran Mar. 

Podemos decir que es necesario seguir ensilando trigo para no crear más paro. Y, así poder seguir enriqueciéndose con el trigo ensilado, como generación tras generación, los suyos han hecho.

¿Qué hacemos con el trigo que sobre?.

Lo compra su Majestad con los impuestos que de ellos mismos vienen. Y,el trigo, lo tira al mar.

Y, así lo hizo el Rey que desde entonces se USABA decir, a sí mismo,Emperador y, a sus tierras, Imperio.

No había pasado un mes de haber tirado al Mar el cereal que había comprado a sus súbditos  con el dinero que previamente le habían dado en forma de tributos por su mediación con el Señor, cuando sus ojos y oídos le dijeron, Señor allá en el mar donde hemos tirado el trigo que nos mandásteis, se han muerto gran cantidad de Orcas. Y, estas, a modo de icebergs, están provocando choques y hundimientos de los barcos de recreo de su nobleza. Hemos triangulado el área del Mar donde, como misteriosamente están desapareciendo los barcos de sus nobles, para con ello reconocer por donde Sus Navíos no han de cruzar y, con ello, evitar que su Majestad piense que El Maligno le está tentando. Este pensamiento en un futuro su real descendencia podrá utilizarlo como disculpa en el ejercicio de su poder como intermediario del Bien, o Dios como se le conoce ahora.

Pronto, llamar a Merlin ante mi Presencia.

Pronto, raudo, Merlin se hizo presente, mostrando sus espaldas al Emperador, a la vez que gustoso le olía sus piés.

Diga mi Señor.

Merlin fué enterado por aquel Individuo dotado de grandes ojos y orejas que sobresalían de la cabeza de alfiler, por debajo de la cual pendía una corbata anudada al cuello de una camisa blanca que se deslizaba dentro de una saca negra. Saca, si, en aquel imperio, al traje que se decía en la Europa conquistada, allí se le daba el nombre de saca en memoria del saco en el que llevaban sus miserables pertenencias, sus antepasados al llegar a las tierras arrebatadas a las personas que en ella habitaban en harmonía con la tierra, el aire y el sol.

Señor si el tirar el cereal en el Mar produce mal a sus nobles mientras vacan, se puede tirar en África, diciéndoles a sus habitantes que es la nobleza de su Merced la que le mueve hacerlo. Así está sucediendo en la Europa con el que su Excelencia tuvo a bien llamar Plan Marshall.

Pero, pensándolo bien, corrigió Merlin, África no tiene infraestructuras. Bueno, África no parece ser buena solución.

Merlin se tomó la barbilla con su mano derecha y, mirando al suelo dijo. 

¿Porqué no hacer que se lo coman sus propios súbditos. 

Haremos que lo desean comer. Cambiaremos sus formas para que les gusten y, con el dinero del desempleo que su Excelencia tiene a bien darles en recompensa por el sacrificio hecho en la Gran Guerra de la Conquista de Europa,  lo devolverán al comprar el trigo sobrante.

No me parece mal idea Merlin, con los labios apretados respondió el Emperador.

No pensar más, hablar con mis nobles para que empiecen a hacer. Panes de trigo diferentes y pongan en campaña para convencer a mis vasallos de la bondad de comerlos.

Y, así fue, como los vasallos en  América y en Europa, se pusieron a comer pan de todas las maneras. Imaginables.

Pasaron unos pocos años y los vasallos empezaron a dar muestras de las consecuencias de aquel modo de comerse sus propias sobras.

Se encontraron un exceso de azúcar en sangre, al que llamaron Diabetes tipo 2, para diferenciarla de la diabetes derivada de un déficit en Insulina.

Rápidamente los nobles del Imperio se dispusieron a diagnosticar aquella enfermedad, no conocida hasta entonces, advirtiendo que se abría un negoció nuevo: crear enfermedades para diagnosticarlas y tratarlas.'

La ayuda del capital y la tecnología refugiada en el Imperio fue un aliado necesario.

Después de la diabetes 2, vinieron en los años 50 sus consecuencias cardiovasculares y, con ello el desarrollo de las tecnologías de imagen y unidimensionales para diagnosticarlas y la bioingenieria para tratarlas.

Luego, había que crear sistemas de salud en Europa para aplicarlas. 

España crea un sistema público de asistencia con obligación de pagar una cuota. Aparentemente era un sistema paternalista que fue y, aún hoy, es aplaudido. Sin embargo, el mercado que suponía, estaba controlado por un sistema político necesitado del apoyo del Imperio y fué vilmente vendido a este.

Siempre quise acceder a la información de la visita del emperador Ike y, a toda la del ministro Castiella, así como la de la embajada. Estoy seguro que encontraría lo que después pesará como una losa en las relaciones laborales, sociales y, especialmente de la asistencia médica, voy a decir.

Se siguió el mismo criterio de siempre, el del abogado criollo que llamó tan gran poeta, descubierto por mi al pisar la Nicaragua de Augusto Sandino. Allí, en León, mientras el emperador  Reagan bombardeaba el puerto Corinto, a la vez que la información internacional lo negaba, a 50 km de donde me hallaba atendiendo partos de personas que me hicieron un poco persona ya que no veo que pueda llegar a su nivel social, por más que con su memoria me esfuerzo.

Aún aplaudimos este sistema.

Se crearon especialistas para controlar el proceso (MIR).

De esta nueva organización se encargaron las empresas de análisis, o auditoras, del Imperio.

En otro momento haré nuevas notas sobre el manufacturar de este diabetes 2 y de otras.

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