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23 may 2012

Mi confirmación como hombre, de Llanera.


Mis 16 años y la abuela Dolores, Mami.

Cumplidos mis 16 años el 4 de junio, Dolores, mi abuela materna, dijo Manuel, Marina, Gustito será Augusto a partir de hoy.


Augusto, me dijo a partir de hoy todo el mundo te considerará hombre. ¿Sabes lo que es ser hombre?

Antes de oír tú respuesta, te lo diré yo. Bueno, no. No te lo diré, porque en eso consiste ser hombre.

Mi abuela hizo una pausa y, frunciendo el ceño, me espetó con voz grave: si alguien te tiene que decir qué es ser hombre, no le digas que eres mi nieto, miembro de la familia que yo represento. No entres en esta casa.

Sí, ella fue la primera en nombrarme Augusto y en decirme el lugar que ocupo entre los Hombres.

Abuela, no lo dudes.
Durante ese verano la abuela me habló de mi Abuelo, de sus padres y de los del abuelo. De cómo mi bisabuelo Alvarin la acogió con mucho cariño cuando llegó casada a su casa, La Corona, con trece años.

Me habló de los abuelos suyos y de los de mi abuelo, de donde eran, de que vivían.

Me mis tíos muertos, de Manuel muerto en el frente de El Escamplero defendiendo la República del ataque de parte del Ejército que habiendo jurado defenderla la traicionó. Me dijo que murió estando junto "a tú padre", y formando parte del batallón que comandaba "El Rapin" y estaba formado por hombres de Llanera. "cayeron tantos vecinos", me decía. Y, siempre tras una pausa y volviendo su mirada a la mía, me repitió muchas veces "no lo olvides nunca esto Augusto, fiu".


Alejandra, Laura, no lo olvidéis: somos de Llanera y nos debemos. Nadie nos obliga, sino la memoria de la que somos orgullosos de pertenecer; si, así, somos no estamos, orgullosos.

Decírselo a mis nietos, si yo no llego a tiempo.

Bueno, ya os contaré las muchas cosas que pasaron aquel verano con vuestra bisabuela materna. Os adelanto que el primer día de Noviembre, el día que hacemos memoria de aquellos que ya no están, de madrugada, mi abuela hizo una esfollaza de maíz, convocó a todos los vecinos y, junto con mi madre y mi hermana, revelaron a todos que yo confirmaba aceptar ser hombre de la familia Alvarin y, con ello, dar mi vida por defenderla. Y, cuando llegara el momento, comprometer a mis hijos en continuar en ese empeño que ella me transmitía al entregarme la llave de la panera.

Bueno, como os dije, otro día os contaré como se lo "montó" la abuela. Laura, yo creo que lo tuyo de actriz, tiene algo que ver con la abuela.
  

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