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30 dic 2015

Silvestre II y la ciencia árabe


Papa maldito que pactó con el Diablo

La historia de Silvestre II está repleta de leyendas y exageraciones, que derivan básicamente de su interés por la ciencia árabe y por haber vivido el simbólico cambio de milenio al frente de la Iglesia




Silvestre II y el Diablo en una ilustración de 1460  - Wikimedia

La archibasílica de San Juan de Letrán en Roma fue antes que la de San Pedro el epicentro del poder pontificio y la morada eterna de algunos papas medievales. Entre estos destaca la tumba dedicada al enigmático pontífice Silvestre II, también conocido como el Papa Mago o el Papa Druida, a la que se le achaca el poder de predecir la muerte de los sucesores de San Pedro. Así, el sepulcro destila agua y registra ruidos de huesos cuando el fallecimiento de un pontífice es inminente. O al menos eso dice una leyenda surgida en medio del ruido del cambio del primer milenio.

Grabado de Silvestre II
Grabado de Silvestre II- ABC

La historia de Silvestre II está repleta de leyendas y exageraciones, que derivan básicamente de su curiosidad por la cultura druida, su pasión por la ciencia árabe y por haber vivido al frente de la Iglesia el cambio de milenio. Gerberto de Aurillac fue, además, el primer pontífice francés en ocupar el sillón de San Pedro en el año 999, en plena efervescencia de las profecías que anunciaban el fin del mundo. 

Gerberto se educó en el monasterio de Aurillac, siendo de orígenes humildes, y posteriormente estudió en Reims y Cataluña, donde fue iniciado en las ciencias de los árabes. Bajo la protección del conde Borrell II, el joven se formó en Barcelona y más tarde entró en contacto con maestros árabes de Córdoba y Sevilla. Así se apasionó por la ciencia un hombre que llegó a convertirse en un experto astrónomo y matemático, algo que en la Europa cristiana de aquellos años no solo era atípico sino propio de magos.

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