En el verano de mis seis años, allá al final de junio, cuando la hierba no había sido segada y marcaba mi horizonte, me encaminaba airó Blimales para ver como nadaban mis amigos vecinos mayorones.
Encontré una copla mojada por el Rocío y desleído su fondo azul. En ella leí la historia Martin y Raquel. La historia del desamor de Martin, que tocaba el violín, por Raquelm que solo miraba.
Aquella copla es el único texto que memoricé en toda mi vida.
Nunca quise memorizar textos ya que cuando los necesitaba acudía a la servicial Enciclopedia Espasa que mi familia dispuso para mis hermanos Madeleine y Paco y, claro está, también para mi.
Para mí el poder consultar tanto Conocimiento era extraordinario. Por este motivo, propuse a Doña Carmen Fauste el trasladarla al Instituto para ser compartida por todos. No recuerdo la respuesta.
Tengo un grstísimo recuerdo y agradecimiento a todos los profesores, compañero y, en especial los bedeles Manolo y Tomás que me permitían utilizar una mesa en el recreo y guardar tomos de la Espasa para consultar.
Otro sueño era el disponer de un coche con maletero grande para colocar la Espasa.
Y hoy, ya tengo cumplido mi sueño de disponer de un coche con un maletero enorme. Pero, a la vez, que pueda leer vuestras notas y, las mías por vosotros. ¡Que hermoso sueño!.
¡ME REPETÍ!. Bueno, pués si.
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