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1 jul 2012

Isabe, estoy y estás. Estaremos.

Isabel.

Me preguntan, quienes no me han preguntado antes, por la identidad de Isabel.

Isabel es para mí, lo que la Gravedad lo es para Isaac Newton.

Ella ha sido, es y será, la mayor fuerza de mi universo de conocimiento.

Ella ha sabido descomponer mi luz como un prisma. Ha sido el color de mi vida.

Bella en la Belleza que, como arco iris, permanece en la Tormenta que amenaza mi vida.

En el Silencio siempre estuvo, está y estará cuando los partes regresen de su viaje cósmico, dentro de cuatro mil millones de años. Y, en el espacio de nuestro reconocimiento, nueva luz resultante de la fusión, tras esta fisión que nos aleja en el espacio y nos mantiene unidos en la memoria.

Tan cerca y tan lejos, pero siempre con nuestros dedos índices en la necesidad de estar, a la vez y no solo juntos. Sabemos ser multiplicación de sentimientos y no suma.

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