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19 jun 2013

Identidad de la Infanta y delito del Politico

Es posible, aunque improbable, que el DNI pueda ser utilizado de modo erróneo. Hay duplicidades, por ejemplo entre Extremadura y Asturias. 

Ahora bien, el DNI duplicado se acompaña de una letra que reduce el error. Así mismo, el DNI, o NIF que es el caso a utilizar, se acompaña. La identidad del día, es y año de nacimiento y lugar de nacimiento, datos de identidad invariables.

Al mismo, se acompaña la identificación, que varia con el tiempo.

 La identificación del género, masculino, femenino y no definido. Este no tiene registro de cambio, momento y lugar en caso del DNI, aunque sí es obligado, en la Historia Clínica. Al no estar en bases de datos relacionadas llevan a error.

La identificación de nombre y apellidos es otra fuente de error al no haber bases de datos relacionadas del Registro Civil, Notarial y de la Propiedad, con la base de datos judicial.

La identificación de residencia es otra fuente de error l no haber bases de datos relacionadas entre las anteriores y las cendales de población.

Lo que ha pasado con la Infanta no jefe considerarse error sistemático ni aleatorio ya que, la Casa Real no tiene DNI DEL ESTADO DEL REINO DE ESPAÑA.  No hay base de datos de linajes y, por ello que la Infanta no puede tener identidad como Infanta. Debería tener, según la Constitución, DNI como corresponde a todo nacional. 

Se produce confusión de identidad al darle un DNI con dos dígitos.

La existencia de monarquía dinástica obliga a DNI de linaje y de nacional.

Ya he anotado tantas veces el problema de la Identidad y la Identificación, perfectamente explicitado en el llamado Proyecto RIMA/AIM, que sólo la ignorancia hace que se mantenga el primitivismo del DNI y tanta "tarjeta de de identificación".  La mala intención no cabe, sólo la ignorancia de los administradores de "la cosa pública", o políticos,  con coleta de asesores que, en las dinastías chinas se les distinguía de los servidos, por llevar coleta, o trenza de los saberes de la administración de lo público.

Si alardeamos imbécilmente de "estado de derecho", hemos de alardear de hacer doblar la rodilla a los políticos y linaje real que ha urdido tan basta estratagema, propia de pueriles asfícticos, o mal paridos.

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