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5 ago 2012


¿Alguna lectura?.

Tengo citas de mis lecturas.
Os pongo estas, variadas.
Entiendo que pueden ser buenas estas lecturas. 


Debe darse por sentado que la sencillez de la vida y del pensamiento es el ideal más alto y más cuerdo de la civilización y la cultura, que cuando una civilización pierde su sencillez se perturba cada vez más y se degenera. El hombre se convierte entonces en esclavo de las ideas, pensamientos, ambiciones y sistemas sociales que son su producto. La humanidad, recargada con este peso de ideas y ambiciones y sistemas sociales, parece incapaz de elevarse sobre él. Por suerte, sin embargo, hay en el espíritu humano un poder que puede trascender todas estas ideas, pensamientos y ambiciones y tratarlos con una sonrisa, y este poder es la sutileza del humorista.
La importancia de vivir. Li Mutang.

La estética del fracaso es la única durable.
Quien no comprenda el fracaso está perdido.
La importancia del fracaso es capital. Si no se comprende el secreto, la estética, la ética del fracaso, nada se ha comprendido y la gloria es inútil.
Nunca el número es lo bastante numeroso.
Transforma las catedrales en capillas.
Los admiradores no significan nada. Al menos hay que haber transformado un alma de punta a cabo. Hacerse amar por las partes deslucidas de las obras.
Ya lo he hecho. Eso ya está hecho, frases estúpidas; leit-motiv del mundo artístico desde el año 1912.
Opium. Journal d'une desintoxication. J. Cocteau.


El principito se sentó sobre una piedra y levantó los ojos hacia el cielo:
Me pregunto -dijo- si las estrellas están encendidas a fin de que cada uno pueda encontrar la suya algún día. Mira mi planeta. Está justo sobre nosotros... Pero, ¡qué lejos está!
-¡Qué hermoso es!- dijo la serpiente-. ¿Qué vienes a hacer aquí?.
-Estoy disgustado con una flor- dijo el principito.
-¡Ah!- dijo la serpiente.
Y quedaron en silencio.
El Principito. A. de Saint-Exupéry.

Los problemas que nos ocupan ¿están libremente elegidos, a tenor de nuestros intereses e inclinaciones, o nos vienen dados por un proceso histórico?. ¿Hasta qué punto es posible elegir los métodos científicos de acuerdo con el propósito correspondiente y hasta qué otro volvemos a seguir una tradición preexistente?. Y por último, ¿en qué grado somos realmente libres de elegir los conceptos con que formulamos nuestras preguntas?. La actividad científica solo cabe definirla de un modo, y es diciendo que formula aquellas preguntas que nos gustaría contestar. Pero para poder formularlas necesitamos conceptos con cuya ayuda esperamos asir los fenómenos. Estos conceptos se toman por lo general de la historia pretérita de la ciencia; proporcionan de entrada un posible cuadro de estos fenómenos. Pero cuando lo que nos proponemos es explorar un nuevo ámbito de fenómenos es posible que esos conceptos actúen como una colección de prejuicios que, más que impulsar, retarden el progreso. Aún en ese caso, sin embargo, tenemos que utilizar conceptos, y no queda otro remedio que echar mano de los que nos proporciona la tradición.
La tradición en la Ciencia. W. Heisenberg.

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